Desde el día 8 de julio, todos los controladores del TMA de Madrid tienen depositado en su buzón un escrito del Jefe de la División ATS de la región centro-norte de Aena, en el que se recoge lo siguiente, transcrito exáctamente del original:
«Por la presente, salvo por motivos de seguridad o condiciones excepcionales (emergencias, mal tiempo, disponibilidad de una sola pista, a petición de la TWR, para separación de tráfico, etc).
Las arribadas a LEMD se repartirán entre las dos pistas en servicio R, L de acuerdo al criterio geográfico.
Si fuese necesario un cambio de ese criterio se realizará un informe perminorizado (así en el original) de las razones técnicas y operativas que motivaron cada uno de los cambios»
Dejando a un lado las valoraciones sobre la atropellada y deficiente redacción, llama la atención la falta de una mínima explicación -acompañada de la normativa que la respalde-, de la razón de tan drástica medida. Una medida que está generando agrios debates entre los controladores, así como una enorme tensión en el trabajo que se realiza en los sectores de aproximación inicial y final del TMA de Madrid, ya que explicar a cada vuelo la razón de por qué no se le puede autorizar la aproximación instrumental a la pista preferida por las tripulaciones aunque no exista impedimento operativo que lo justifique y ver cómo lo aprendido en la escuela de control relativo a la rapidez y la economía no puede llevarse a cabo, carga de trabajo y frustra a cualquier profesional de este campo que se precie.
Como ya manifestara APCAE en una nota de prensa de principios de junio, esta asociación, como entonces, pide a sus asociados que colaboren con Aena en todo lo que se estime necesario con objeto de minimizar cualquier impacto externo en la fluidez y regularidad del tráfico aéreo. Pero Aena, a veces, parece olvidar que la misión de los servicios de tránsito aéreo consiste en que el tráfico aéreo se desarrolle en los términos establecidos por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) de seguridad, orden, rapidez y economía. No obstante, si Aena considera que rapidez y economía deben someterse a la defensa del medioambiente como consecuencia de una sentencia judicial que nadie se atreve a ejecutar y que tiene que ver exclusivamente con las aproximaciones intrumentales a una pista del aeropuerto madrileño de Barajas, aunque, de paso, se haga extensiva sin respaldo normativo o judical al resto de las pistas de vuelo de ese aeropuerto, los controladores aéreos, como profesionales responsables de la seguridad del tráfico aéreo y conscientes del servicio público que desarrollamos, deberemos cumplir lo que Aena nos solicita aunque se dude de lo adecuado de la medida. Pero para que esto se lleve a cabo, Aena debe comprometerse a complementar las injustificadas medidas recogidas en el escrito al que se ha hecho referencia más arriba con las siguientes:
1.-Informar a la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) de las medidas adoptadas en el TMA de Madrid haciéndole saber, que las mismas se van a traducir en considerables demoras al final de cada ejercicio económico y de gastos no previstos, entre ellos el del combustible (por no mencionar la consiguiente reducción en la vida operativa de células y plantas motor de las aeronaves), dejando claro que ninguna de ellas son achacables a los trabajadores del control del tráfico aéreo español.
2.-Informar a la Performance Review Commission de Eurocontrol, que la perseguida mejora de la productividad de los controladores aéreos españoles, puesta en duda año tras año en su informe anual «Performance Review Report», se va a ver seriamente afectada al prohibírsele a los controladores del TMA de Madrid que se esfuercen por mejorar la puntualidad y economía de los vuelos en beneficio del transporte aéreo, parámetros ambos que contribuyen de forma significativa a la mejora de la productividad de los controladores del TMA de Madrid, probablemente muy por encima del ahorro que se pueda estar consiguiendo con la reducción actual de sectores a la que se está viendo sometida esta dependencia.
3.-Informar a las asociaciones de pilotos españolas y extranjeras, que trasladen a sus asociados que eviten presionar al controlador del TMA de Madrid para conseguir aterrizar en la pista más conveniente y que acepten con entusiasmo y resignación la imposibilidad de recuperar el tiempo perdido en otras fases del proceso de vuelo.
4.-Incorporar en la radiodifución de la información que contiene la grabación del ATIS de Barajas un aviso de que la pista asignada será la que corresponda al criterio geográfico y que no se solicite el cambio porque no será atendida.
5.-Pedir a la Unidad Central de Gestión de Afluencia (CFMU), en Bruselas, que revise las estimaciones de demoras que pudiera tener previstas para la presente temporada y las siguientes con objeto de ajustar al alza las regulaciones necesarias para el tráfico destino Madrid-Barajas.
6.-Y en último lugar pero no por ello menos importante, dirigir por parte de la presidencia de Aena una comunicación escrita personalizada a cada controlador del TMA de Madrid que contenga claramente y con la redacción adecuada una manifestación del respeto que la empresa siente hacia la labor que realizan los controladores aéreos de esa dependencia, que compense el desafortunado trato que estos controladores reciben con frecuencia por parte del área de gestión del ACC de Madrid.
Finalmente, APCAE desea poner de manifiesto su respaldo a todos los controladores del TMA de Madrid, así como hacerles saber que no existe normativa alguna que les obligue a realizar el «informe perminorizado» al que se refiere el escrito antedicho en caso de que decidan asignar a los vuelos una pista distinta a la inicialmente asignada por criterio geográfico. No obstante, se insiste en la conveniencia de cumplir lo requerido por Aena.
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